viernes, diciembre 10, 2010

UROBOROS


Y ante todo los ojos, los ojos que se reflejan en el espejo y que ya serán ahora habituales tras la metamorfosis, no son los propios. Nunca fueron los propios. Y es ineludible que la carne al contemplarse sea extraña a la imagen. Muchos han creído que en la migraña duerme el Uroboros, serpiente que se muerde la cola y que es representación de la naturaleza cíclica de las cosas. En el despertar, y en el hambre tras el despertar del Uroboros, puede residir la causa del dolor.

HUNDÍRSELO EN EL VIENTRE


Cuando él se cree ganador, ella le cree propio, de nadie más, y sonríe pese a la sangre, porque finalmente él y no otro, un cualquiera, ha sido quien ha decidido acabar con la representación de una vez por todas. Y concluye que si en verdad él debe ser suyo, no tiene otra que agarrar uno de los listones de madera que hay desperdigados por el suelo, y, en el momento que él se abalanza y le agarra del pelo, hundírselo en el vientre.